Humberto Torres Corominas
Baloncesto

A mediados del torneo de Baloncesto Superior de 1954, Humber subió como novato al equipo Cardenal. Volvía a reunirse con Totin, también novato. Su paso por los Cardenales impactó su vida de manera significativa. La amistad que desarrolló con el estelar Tinajón Feliciano ha perdurado por 50 años. Humber valoró inmensamente el que una estrella de la magnitud de Raúl, fuera en realidad una persona humilde y sumamente amigable con un novato como él.
Entre 1956 y 1959 vistió el Uniforme del San Juan. Tuvo la oportunidad de ganar campeonatos con Río Piedras (1955) y con San Juan (1958). Al graduarse de Administración Comercial en 1959, ingresó en el servicio militar y dejó el Baloncesto. En los años venideros Humber se concentró en convertirse en un experto en el campo de los seguros, al adquirir una Maestría en Seguros de Vida en los Estados Unidos.
En 1960 se casó con Carmen Aida, con quien lleva 46 años de matrimonio. Inició una bonita familia de 5 hijos y 12 nietos. Su esposa Carmen y sus hijos Carmen Ana, Humber, Ramón, Ángel y Frances han sido su mayor fuente de inspiración.
En 1969, ya establecido en la industria de seguros y con 5 hijos, Humberto regresó al Baloncesto. Junto a Tuto Marchand, le dieron continuidad a la franquicia de San Juan, la cual les entregaba Don Juan Elías tras 20" añós de gran dedicación y sacrificio. Mantuvo dicha franquicia hasta 1978, incluyendo su mudanza a Canóvanas en 1977. Compartía labores con Tuto. Mientras Tuto manejaba lo fiscal y lo administrativo, Humber hacía las relaciones públicas, la consejería y la aglutinación de los jugadores locales con los neoyoricans que seguían llegando a nuestra liga. Durante ésa epoca de transición, San Juan no ganó ningún campeonato, pero siempre fué un equipo luchador.
El deporte fué para Humber un gran instrumento para su desarrollo personal y para enseñarle a otros. El rol del deporte en el trabajo en equipo, en la unidad de propósito, en la buena condición física y mental, en el envolvimiento con la comunidad y en la formación del carácter han sido piezas fundamentales en su éxito en la vida familiar, laboral y comunitaria.
El Salón e la Fama del Deporte Riopedrense se enorgullece en Éxaltar a un gran atleta, deportista, profesional, hombre de famiÍia y de nobles principios y un excelente amigo.