1990

Salón de la Fama del Deporte Riopedrense

Luis Matías Ferrer
Escutismo

Al hablar sobre la vida de Luis Matías Ferrer tenemos que relacionarlo directamente con el movimiento del escutismo, principalmente en su etapa inicial, allá por los años de 1934 al 1945. Nacido en Utuado, comenzó allí a interesarse, a la edad de 20 años, en ese escutismo del cual habría de ser luego, una de sus figuras principales a nivel central. En el 1934 llegó a Río Piedras, para trabajar como dependiente de la Ferretería Los Muchachos de San Juan, ostentando con un justifiado orgullo, el rango de "Eagle Scout". Al poco tiempo la Administración de Los Muchachos lo trasladó a su tienda de Río Piedras, y ahí fue que Luis comenzó a relacionarse con los Niños Escuchas de la tropa número 18, que luego cambió al número 34, nombrándose al legendario atleta, gloria del atletismo puertorriqueño, Gilberto González Juliá, como "Scoutmaster", y como "Assistant" a Luis Matías Ferrer, quien sustituyó luego a González Juliá al retirarse éste por sus múltiples ocupaciones, y seguro de que dejaba a la organización en buenas manos.

La obra de Luis Matías está reflejada con grandes caracteres en la historia cívica, cultural y deportiva de Río Piedras, en la figura de aquellos muchachos, profesionales distinguidos hoy que recibieron el bautismo de la obediencia y el servicio en su palabra de mando en el verdadero y sano escutismo. Podemos mencionar en ese grupo a Paquillo Moya, Enrique Rivera, Quico Amy, Alfonso Rivera, Paúl Boulón, Tito Blondet, Ralph Boulón, Coché Palacios, José R. Látimer, Edgardo Vázquez Bruno, Rafael Mariñalarena, Gilberto Ratcliff, Justino del Valle, Rafael Palacios, Ramón Sifre, Bulo Boneta, Nolín Valcárcel, Charles Rosario, José Benjamín Sáez, Rafael Toro Solís, Federico Cruz, Luis Morales, Humberto Cintrón, Andy Lang, Teófilo Sánchez y Vitín Alvarez.

Luis Matías Ferrer ocupó en el escutismo de Puerto Rico posiciones de extraordinaria importancia, en sus funciones como miembro del "staff" que llevó sobre sus hombros la valiosa y fructífera obra que nos legó el escutismo y que asimilaron otras figuras de nuestra vida diaria puertorrriqueña, a las que, en un interesante y emotivo escrito menciona el culto intelectual, Dr. Florencio Sáez, con estas palabras: "En retrospecto casi para cumplir los 65 años, al yo recordar que junto a Luis de Casenave, Enrique Janer, Freddie Schuck, Cheíto Canino, Hermán Malaret, René Colón, José C. López, Monchito Rodríguez, Rafael Longo, Sebastián C. Alemañy, Edwin Acevedo, Miguel García Margarida, Arturo Arché Matta, Germán Monefelt, William Rossy, Luis R. Cordero, Johnny Rodríguez Janer, José y Manolín González, Nito Arce, Edgardo Soto, Alberto Lugo, Silvino Díaz, José E. López, Walter Cervoni, Rubén y Lino Feliciano, Cuqui Muñiz, Jaime Toro Calder, José A. Figueroa, Manso Marrero, Rey (Tibique) Jiménez y otros, de una forma voluntaria y gratuita, doy gracias a Dios por haber sido guiado a ser honrado, leal, útil, amigable, cortés, bueno, obediente, alegre, económico, valiente, limpio y reverente, por Luis Matías Ferrer".